Así comienza mi eterno dilema...

Antes que nada me presento, soy una simple mujer de 26 años, porteña, poco agraciada en altura, con unos pocos (?) kilitos de sobrepeso (distribuídos de forma poco beneficiosa), con buen sentido del humor, sin vueltas ni histerias, y que hace ya unos cuantos años… está en busca de su media naranja en la ya conocida y turbulenta marea de hombres.

No pido mucho… supongamos que algo normal, que no esté casado (tampoco de novio), que no sea asesino serial, estatua viviente de la calle florida, locutor de “la colifata” ni amigo del Bambino Veira o Jacobo Winograd (sólo por cuidarnos de malas juntas)

Dicen que hay un hombre cada 7 mujeres, pero las estadísticas se olvidan de contar a los gays, sacerdotes, reprimidos, abonados al borda, metrosexuales, caídos en Malvinas y travestis…. Entonces la proporción quedaría aproximadamente en 57.123 mujeres para cada hombre. Brutal.

Les empeoro este ya decepcionante cuadro, mostrándole muchísimos motivos por los cuales los hombres que aparentan ser normales… realmente no lo son. Y el chasco se lo lleva una misma cuando se embarca en estas relaciones que parecen perfectas al principio y terminan siendo más bizarras que las novelas de Thalía!

Espero que disfruten esta sumatoria de anécdotas bizarras que no dejan de perseguirme día a día. Y que cuento diariamente a mis compañeras/os de trabajo quienes no dejan de reírse , sorprenderse y pedir a gritos más detalles escabrosos.
Todas estas bizarreadas están basadas en hechos reales. Y que, para no herir sensibilidades, contaré sin dar detalles de identidad…. Pero créanme… podrán cruzarse con todos y cada uno de estos personajes… a la vuelta de la esquina.